El vertiginoso ritmo de final de año y el ambiente social al que nos enfrentamos cada día, no resulta el mejor escenario para encontrar inspiración. En ocasiones, si no hay nada interesante que contar, preferimos el silencio, como decidimos hacer la semana pasada en nuestro blog…
A pesar de todo, esta semana nos propusimos de nuevo volver con entusiasmo a nuestras fuentes de inspiración! publicaciones, blogs, redes sociales, magazines, exposiciones!….pero nada, nada que pudiéramos transmitir con emoción….
Sin embargo, ayer Domingo, tras una deliciosa visita a La Pedrera, en la que mi hija Daniela si encontró inspiración para su proyecto sobre Gaudí del colegio (que emocionante ver como ya es capaz de disfrutar de la Arquitectura y el arte a sus 7 años!) vivimos un momento mágicamente inspirador…
Después de comer en un conocido restaurante de Barcelona, Daniela se entretenía dibujando, ensimismada, hasta que su actividad se convirtió en llanto, frustrada por el resultado de sus trazos. En ese momento, una amable señora se acercó para consolarle y le invitó a que le acompañase para que un pintor «muy importante», que ella conocía, le dibujase un caballo…
Y así fue, como un encantador y elegante octogenario (su marido) le dibujó, con apenas 4 trazos, un increíble caballo en su cuaderno…
A partir de ahí, y durante no mas de media hora, supimos que Albert Estrada i Vilarrasa (ahora con 83 años) pisó Londres por primera vez con 14 años, donde a lo largo de varios veranos, se empapó del progreso del que ya disfrutaba Inglaterra. Ayudado por su mentalidad visionaria, fue un gran empresario de la construcción y la metalurgia hasta los 45 años, momento en el que un infarto le obliga a reinventarse…
Y lo hace como pintor… A través del arte figurativo plasmado en sus acuarelas, ha realizado exposiciones por todo el mundo (Israel, Polonia, Eslovenia…) editado libros, charlas, premios, al mismo tiempo que desarrollaba su faceta política como Cónsul de Eslovenia en Barcelona (ahora título honorífico)
Su esposa Gemma nos contaba, orgullosa, la faceta diplomática, diseñando rutas para visitar casas privadas del periodo Modernista en las que mostraba la auténtica Barcelona a las mujeres de los diplomáticos que les visitaban….
Albert ya no pinta. Cree que el arte figurativo ya no es tan apreciado como antes, pero sobre todo, ha perdido la inspiración. Como artista y diplomático, la realidad social y política que estamos viviendo le inquieta y le entristece.
Gracias Albert y Gemma por el relato inspirador que nos regalasteis. Espero que las musas vuelvan a visitaros algún día.
Feliz semana!
*Todas las imágenes que aparecen en este post son acuarelas del pintor Albert Estrada i Vilarrasa.